En la nueva sección de MDZ FemmeGUAPAS, destacamos a mujeres simples, como cualquiera de nosotras, que tienen algo para contar. Seguramente este también sea tu caso. Por eso, lo que busca este segmento es inspirarnos a hacer, no importa en qué lugar estemos. presentamos a Milagros Sánchez, la joven puntana que está haciendo historia en el polo argentino. Hoy traemos a Graciela Armendáriz,, cantante lírica que tras vivir años en el exterior decidió volver a la Argentina y establecerse en Mendoza.
Tras vivir 17 años en Europa, la soprano retornó a su hogar y contó en exclusiva para MDZ FEMME có mo fueron sus inicios en el mundo de la música, có mo fue mudarse sola -y siendo tan joven- a un país lejano donde no conocía a nadie. decidió dejarlo para dedicarse de lleno al canto lírico y cómo retorno a Argentina en los comienzos de la pandemia.
De vuelta aquí, la intér prete comenzó a dar clases ya compartir su talento con las nuevas generaciones argentinas, cosa que a ella le faltó cuando estudiaba en el país.
¿ Có mo inició tu pasión por la música?
Mi pasión por la música empezó cuando yo era chiquita y estudiaba en la escuela del magisterio. Cuando vos entras al magisterio te toman la prueba de la voz y si tenes una voz afinada te ponen en la división del A y al principio tenes des pués vos optás si querés continuar en el coro. Ahí conocí a quien ha sido mi primer maestro, Ricardo Portillo. “¡Adelante!”
¿ Cuál fue tu primera obra?
Cuando yo quede embarazada de mi hija Micaela estaba haciendo un taller de ópera en Mendoza, Don Giovanni de Mozart, e interpretaba a Guillermina, una joven.
Yo no sabía si tenía que continuar o no con la ópera, porque estaba embarazada y para el canto usamos mucho los músculos diafrag máticos y abdominales. , pero estaba en el primer trimestre y opté por no hacer las funciones. Tuve un buen pálpito, des pués me descubrieron la placenta oclusiva y tuve que ir 4 meses a la cama.
¿ Y cómo llegaste a trabajar en el exterior?
Bueno pasaron muchas cosas [risas]. Yo me fui a un concurso internacional de canto lírico en Perú y gané el primer premio. Allí, un miembro del jurado me invitó a cantar a Washington con su orquesta y me contactaron con un organista de Baltimore, que su mujer tenía una cáte dra de canto y estuve un año y medio en la escuela de música de la Joel Hawkins University.
Des pués volvimos a Mendoza y por esas cosas de la vida tomamos otro rumbo. Me fui a Europa. Realmente iba de paso por Madrid, solo 5 días. Y como todo lo que ha sucedido en mi vida: todo lo que planeaba no se dio y todo lo que pensaba no pasó. Lo que sucedió es que me quedé 17 años en España.
¿ Có mo fue trabajar allá?
Digamos que hice base en Madrid y de ahí me movía para otros países, a hacer cursos, a hacer audiciones, a cantar. Siempre de dicán dome al canto y siempre con una ocupación importante en cuanto a la formación. , tenés que ahondar más o profundizar más en un estilo o en un compositor para poder hacerte un lugar, porque es un mercado. un lugar o que te reconozcan.
Y luego decidiste volver a Argentina, ¿ por qué tomaste esa decisión?
Esos 17 años que fueron muy plenos para mí: me per feccioné mucho, estudié, realicé muchos viajes, canté, conocí muchos sitios, tuve la gran dicha de participar en 8 temporadas de un espectáculo de Queen Sinfónico haciendo las canciones Caballé. Tuve la dicha de trabajar con mucha gente muy famosa de la lírica.
Los últimos años yo ya empecé a reconectarme con la orquesta de aquí, con la gente de aquí, porque tenía la idea de tener algún proyecto en Argentina. Básicamente, vine porque necesitaba estar cerca de mi hija, quien se había los últimos años míos fueron bastante duros porque al principio las dos nos dimos libertad, pero ¡ es que la veía una vez al año y es que eran 12.000 km! Digamos que esa crisis que la gente sufrió la pandemia, yo la sufrí antes. Y me vine para acá.

¿ Y ahora en qué estás trabajando?
Empecé con el tema de las clases, porque mis amigos me decían “tenés mucho para dar”, “mirá todo lo que has hecho”. Uno a veces no mira mucho para atrás, no mira todo lo que ha logrado. publicitar esto de las clases, pero al principio presencial no se podía, te diría que ahora tengo más alumnos virtuales que presenciales.
Hice un par de conciertos, pero también la gente local tenía la idea de que yo “estaba y no estaba”. Una persona de San Luis que me había visto actuar en La traviata en el año 2017 en el Teatro Independencia, me llamó un día y me dijo que iban a armar un elenco y quería que les de clases. Se convirtió en mi proyecto, actualmente estamos armando un elenco local lírico de gente no profesional y la estamos formando para que sea lo más profesional posible. y estamos hace un año ensayando una ópera.
¿ Cómo cuidas tu voz?
Mira, eso es algo que también me planteé cuando empecé con el tema de las clases, porque yo todavía soy una cantante joven o madura, es decir, considero que tengo años para continuar expandiendo mi carrera. pero tenés que saber adecuarla a cada persona ya cada situación -dice con un acento español que ganó allá combinado con modismos bien propios de su Argentina-.
Las cuerdas vocales -el órgano- está dentro de tu cuerpo, entonces hay muchas situaciones que influyen a tu voz. (…) Ya te digo, intento descansar, intento hacer ejercicio físico, dormir bien. con mi familia y eso me ayuda a reponerme ya tomar fuerzas para poder seguir cantando.
¿ Y cómo te estás desarrollando ahora en Argentina?
Me pasó una cosa curiosa, es como volver al inicio pero de otro modo. El año pasado me llamó del Ópera Studio la pianista que me formó, Teresita D’Amico y me dijo: “Estamos haciendo Las bodas de Fígaro, hay un personaje no logramos cubrirlo, ¿querés cantarlo? “y lo hice.
Este ha sido un organismo de contención para mí y este año tenemos próximos conciertos, conciertos con la orquesta de la universidad, tenemos programado un nuevo título de una ópera para fin de año, sumado a la ópera de San Luis. primer maestro, Ricardo Portillo, me ofrece preparar uno de los coros de la Universidad del Aconcagua que él dirige.
Contanos, ¿ hay alguna anécdota que recuerdes siempre?
Cuando debuté en el Teatro Real de Madrid, en una producción de Rigoletto de Verdi, yo tenía un papel pequeñito pero hacía todas las funciones. hacer como 500 funciones de Rigoletto y era el más humilde de todo el elenco, una persona normal, accesible, que se acercaba al camerino para desearte’merde’.
Unos 4 o 5 años más tar de él volvió a Madrid, al teatro de La Zarzuela a hacer un recital y yo estaba con un amigo mío, al que le dije: “Tenemos que ir a saludarlo”. Llegamos al camerino y le pregunté si se. acordaba de mí, a lo que respondió: “Graciela Armendáriz del Rigoletto del Teatro Real”. ¡ Yo casi me muero! ¡ Me pidió una foto él a mi!
De todas las óperas que interpretaste, ¿ cuál podrí as decir que es tu favorita?
Cada vez que uno está haciendo una ópera es esa la favorita, porque en el momento es como si el personaje fueras vos. Sí hay dos que me dieron mucha alegría. de Mozart. Y luego, Violetta de La traviata de Verdi, que la hice unas 48 veces.
También tengo que decir que la ópera que hice este año es un rol totalmente nuevo que jamás pensé que podría abordar, que es la condesa de Las bodas de Fígaro. mejor no me animaba y la verdad es que me está marcando bastante. Ahora mismo no lo estoy haciendo, pero supongo que en algún momento vol verá.
Gran historia, ¿ no? Así, en una generosa charla de una hora -que tranquilamente se podría haber extendido a 3-Graciela Armendá riz nos de jó sólo un pedacito de su maravillosa historia. lo planeaba “y le sumamos: ¡ pero qué bien se le dio! Hay que aprender que no podemos controlarlo todo y disfrutar de la magia de dejarse llevar. ¡ Salud por nosotras, mujeres bien guapas … como Graciela, como vos!
..